miércoles, 26 de febrero de 2014

Microrrelato punk: Moda punk


¿Es punk seguir la moda punk?
¿Es punk comprar algo punk?
¿Es punk romper y pintar una camiseta normal poniéndole un “Punk not dead” encima?
¿Es punk romper y pintar una camiseta normal poniéndole encima un eslogan de tu propia cosecha?
¿Y si la camiseta ha sido fabricada por niñas esclavas en Bangladesh que murieron de agotamiento pocos meses después?
¿Y si le pones un par de imperdibles?

¡Qué complicado todo, coño!

domingo, 23 de febrero de 2014

Trainspotting

Me apetecía rememorar el impresionante monólogo que abre Trainspotting. Muy recomendable película, pero sobre todo, brutal comienzo.




"Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos baratos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver tele-concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida... ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?"

miércoles, 19 de febrero de 2014

Mirada incómoda


Bueno, pues allí estaba yo, y allí estaba él. Había oído hablar de él muchas veces, y puede que él también hubiera oído hablar de mí alguna, pero no nos habíamos visto todavía. Hmm, un poco confuso. Será mejor que explique bien los roles que cumplíamos.

Yo era el tío que se la quería follar, sin mucho éxito, y que había pasado toda la tarde acompañándola mientras ella compraba. Él era el tío que se la follaba, no era su novio, era un rollo o algo así, aunque no solía acompañarla a comprar cosas –como es lógico, supongo-. Y en medio estaba ella, por supuesto.

domingo, 16 de febrero de 2014

Discurso de Rorschach

Un trozo de Watchmen que me encanta, el discurso nihilista de Rorschach en el que cuenta su origen.



Permanecí ahí, bajo la luz del fuego, abrasado por el calor. La mancha de sangre en mi pecho era como el mapa de un continente nuevo y violento. Me sentí purificado. Sentí como este tenebroso planeta giraba bajo mis pies, y supe cuál es ese secreto que solo los gatos conocen, ese que les hace gritar como bebés en la noche. Miré al cielo a través del intenso humo lleno de grasa humana y vi que Dios no se encontraba ahí. Vi esa oscuridad fría y vacía que se extiende hasta el infinito, vi que estamos solos.

Vivimos nuestras vidas, puesto que no tenemos nada mejor que hacer. Más adelante, ya les buscaremos un sentido. Venimos de la nada; Tenemos hijos, que se encuentran atados a este infierno al igual que nosotros, y volvemos a la nada. No hay nada más. La existencia es algo fortuito. No hay ningún patrón salvo el que imaginamos cuando nos quedamos mirando fijamente durante mucho tiempo. No tiene ningún sentido, salvo el que decidimos imponer. Este mundo que vaga a la deriva no está moldeado por vagas fuerzas metafísicas. No es Dios quien mata a los niños. Ni es el destino el que los despedaza, ni es la casualidad la que se los da de comer a los perros. Somos nosotros. Sólo nosotros.

Las calles hedían a fuego. El vacío respiraba con fuerza en mi corazón, convirtiendo sus ilusiones en hielo, haciéndolas añicos. Entonces renací, libre de garabatear mi propio diseño sobre el lienzo en blanco, en cuestiones morales, que es este mundo. Era Rorschach.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Sobre la responsabilidad y su papel en la política

Como soy vago, rescato este artículo que publiqué hará unos 3 años en Bella Ciao.



No es ningún secreto que la difusión de la responsabilidad es una de las mayores justificaciones de la maldad humana. En 1961, fue juzgado Adolf Eichmann por su responsabilidad en el Holocausto judío. Eichmann, que era el encargado de las deportaciones a campos de concentración, alegó que él no tenía ninguna responsabilidad de las muertes, dado que se limitó a cumplir órdenes.

El mismo razonamiento se puede extrapolar en la misma dirección, y también en la contraria: los ejecutores también cumplían órdenes, y los que daban las órdenes no mataban personalmente a nadie.

domingo, 9 de febrero de 2014

Mother of light

Tengo que admitir que es cutre dedicar entradas de mi blog a canciones, pero bah. Si tengo un blog de poesía y revolución, cualquier cosa de poesía y revolución tiene cabida, hala. Y esta letra es poesía pura.


It always put me on the edge 
To think of all the spoilt lives 
Today Im one step further 
Not sure if Ive survived myself 

Reality is sometimes stranger than fiction 
Whatever happens in my dreams 
And I know it cant be worse than this 
So I prefer to sleep 

I am searching without vision 
For the answers in the dirt 
I am waiting just for nothing 
For the day that Ill be heard 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Ejercicio de concentración

Relato que escribí para el número 125 de la revista MiNatura. El tema del número era la Alquimia, y a mí me dio por escribir un relato que tomara el sentido metafórico de ésta y se cagara en todo lo demás.

En un castillo rodeado por siete fosos, tras unas escaleras de caracol y una cerradura con siete puertas, se encontraba la mazmorra más profunda del reino. Allí, Argus Trismegisto, el mejor alquimista del mundo, trabajaba en la piedra filosofal.

Sus manos eran precisas con los materiales. Su túnica ondeaba tras él, con la frase “Solve et coagula” (“disuelve y concentra”) inscrita en torno al cuello. Su ceño estaba fruncido: el precio de la fama era soportar a todos los necios que querían ser alquimistas sin comprender de qué se trataba.

Los metales, el oro… era todo una metáfora de la historia de la humanidad, no debía ser interpretada literalmente. En los albores del hombre, la ciencia, conocida más bien como magia, era un todo. Mas, con el tiempo, se había producido la disolución: para entender mejor el mundo, había sido necesario disolver la magia en muchas artes: física, química, filosofía, biología, psicología… La tarea del alquimista era completar ese último paso: volver a concentrarlo todo, y así, alcanzar la comprensión definitiva, la iluminación completa, el oro.

Argus completó su fórmula. ¿Tenía ante sus ojos, al fin, la clave mística que transmutaría en oro a toda la humanidad? Sólo era una pequeña piedra… ¿cómo debía interpretar aquello? Furioso, la arrojó al suelo. La losa contra la que rebotó quedó convertida en oro.


Aquello podría servir para conseguir riquezas… pero la avaricia cegaba la comprensión. Sería lo contrario de lo que buscaba. El alquimista rompió todos los papeles con sus cálculos mientras gritaba en la oscura soledad de su mazmorra. Tendría que empezar otra vez…
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