domingo, 11 de febrero de 2018

Top 100 cómics (21-40)

Venimos de aquí.

21. V de Vendetta (1-10): Alan Moore-David Lloyd (1982-1988)



El argumento es de sobra conocido, aunque el cómic es superior a la película en todos los aspectos. Más radical y, sobre todo, más complejo, con muchas más tramas interesantes y personajes que merecen la pena.

22. Daredevil: 1ª etapa de Frank Miller (158-191): Frank Miller-Klaus Janson (1979-1983)

 

Cuando Daredevil era una serie que iba en decadencia, Miller supo salvarla, convirtiéndola en su serie poco a poco. Al principio, con aventuras corrientes no muy distintas a las habituales en la serie. Después, con Elektra, Stick o la Mano, Miller fue creando su propio universo dentro de Daredevil, dándole un atractivo del que el personaje no había gozado hasta entonces.

23. Daredevil: Born Again (227-233): Frank Miller (1986)


Cuando volvió a la serie, la tónica habitual de los cómics de superhéroes estaba cambiando, en gran medida gracias o por culpa del propio Miller –como se verá con otras obras de esta lista-. Ahora eran historias más violentas, más crudas, más adultas. En este arco de la colección quedó más que claro, sometiendo al protagonista de la colección a las pruebas más duras que había enfrentado.

24. Untold Tales of Spider-Man (1-25): Kurt Busiek-Pat Olliffe (1995-1997)


Con bastante cariño al personaje, se enfocó este proyecto de hacer una serie narrando aventuras del Spiderman más joven, que transcurrieran de forma paralela a los primeros números de Amazing Spiderman. Busiek mide al milímetro la continuidad, presentando a personajes como Sally Avril que no están sacados de la nada, sino basados en alumnos que sólo se veían al fondo de las viñetas de cómics 30 años anteriores. Aprovecha, incluso, para solucionar algún gazapo de la época. Se nos brindan así aventuras bastante entretenidas recuperando cierto espíritu de los años 60. Igual meter a Lobezno mediante retrocontinuidad era exagerado porque ya está hasta en la sopa, pero hasta eso quedó bien.

25. Amazing Spider-Man de Lee y Romita (39-67): Stan Lee-John Romita (1966-1968)


Cuando Stan Lee ya le había cogido el truco al personaje (que es lógico que no lo tuviera desde el principio, porque probablemente Ditko aportó más que él, aunque la Historia le ha olvidado injustamente), Romita llegó a la colección. Sus dibujos empezaron a ilustrar una interesantísima etapa en la que Peter Parker deja el instituto, lo que sería una de las claves y que pocos guionistas se atreven a repetir hoy en día con este tipo de personajes: la evolución. El crecer, el madurar. Esta etapa también es un gran exponente de cómo los problemas personales y la identidad civil del personaje pueden ayudar a construir una buena historia, con toda una nueva galería de personajes secundarios que enriquecerían al personaje.

26. Amazing Spider-Man: La noche que murió Gwen Stacy (121): Gerry Conway-Gil Kane (1973)


El título lo dice todo. Actualmente, que la pareja del protagonista de una serie muera es casi habitual, y sólo hay que leer sobre “mujeres en el frigorífico”, que da para todo un ensayo. Pero en su momento, fue bastante revolucionario, y un cómic de muy buena calidad.

27. Transmetropolitan (1-60): Warren Ellis-Darick Robertson (1997-2002)


Metiéndonos de lleno en una distopía cyberpunk, tenemos de protagonista a Spider Jerusalem, una especie de mezcla de GG Allin y Hunter S. Thompson (de hecho, la trama principal está basada en la vida de Thompson) que intenta ganarse la vida en una ciudad hecha mierda. Spider Jerusalem es una mierda de persona, un cabrón que no querrías tener al lado, pero lo interesante es que los políticos o los policías son bastante peores. Así que, puestos a elegir el mal menor, nos podemos poner de su lado en una serie cargada de humor negro y mala hostia.

28. Fables, la guerra contra el Adversario (1-75): Bill Willingham-James Jean (2002-2008)


El planteamiento inicial es sencillo: todos los personajes de los cuentos que hemos leído son reales. Vivían en mundos de fantasía, que tuvieron que abandonar cuando un ser llamado el Adversario los fue conquistando. Ahora la mayoría de ellos viven en New York. La trama, sin embargo, se va complicando y desarrollando de forma muy cuidada conforme pasan los números. Uno de los grandes aciertos de esta serie es que es muy coral: si bien hay personajes que abarcan algo más (Lobo, Blanca Nieves, Pinocho, el Chico de Azul, Jack…), el protagonismo cambia muy frecuentemente, dando lugar a continuos cambios de plano entre personaje principal, secundario o hasta muy terciario entre una larga serie de personajes muy carismáticos. Por supuesto, uno de los entretenimientos de esta serie es identificar a todos los personajes y de qué cuento vienen.

29. Hellblazer de Ennis (41-83): Garth Ennis-Will Simpson (1991-1994)


Se ve que los editores mimaban la colección de Hellblazer, porque no dejaban a ningún guionista mediocre acercarse a John Constantine, el eterno mago cabronazo y maleducado, ya bastante desligado de su origen en la ya comentada Cosa del Pantano. Los anteriores 40 números de la colección ya habían tenido un nivel bastante alto, pero Ennis supo hacer suyo al personaje, alejarle ligeramente de las tramas más místicas de tropecientos dioses a la vez y centrarse en dos tramas interesantes que se cruzaban: el trato con el Diablo y el cáncer de pulmón. Probablemente sólo un cabronazo como Ennis habría podido escribir a un cabronazo como Constantine de esta forma.

30. Tom Strong (1-36): Alan Moore-Chris Sprouse (1999-2006)


¿Cómo serían los cómics de superhéroes si no hubiera existido Superman? Esa pregunta se hace Alan Moore en Tom Strong. El personaje es el héroe clásico del pulp, como eran los cómics antes de Superman, efectivamente, pero con técnicas narrativas modernas y otras características actuales.

31. The many worlds of Tesla Strong: Peter Hogan-Chris Sprouse (2003)


Este spin-off de Tom Strong saca provecho a las realidades alternativas ya presentadas dentro de la serie. Es una historia de aventura clásica que intenta explotar bastante este concepto, usando mundos postapocalípticos, western, superhéroes, nazis y hay un hueco hasta para el nudismo.

32. Top 10 (1-12): Alan Moore-Gene Ha (1999-2001)


Alan Moore decidió repetir el esquema de una serie policíaca clásica (concretamete, mencionó Hill Street Blues) en una ciudad habitada sólo por superhéroes. La serie sigue el día a día del departamento de policía, sin una gran trama crucial que vaya a marcar un antes y un después, con las peculiaridades de trabajar en Neópolis: acosadores sexuales invisibles, violencia doméstica con superpoderes, accidentes de tráfico por teletransporte o borrachos violentos del tamaño de un edificio. También es conocida por la peculiaridad de contar con una cantidad ingente (en serio, de verdad que son muchos) de pequeños guiños y cameos de todo tipo de personajes del cómic de superhéroes de otras editoriales.

33. Top 10: The Forty-Niners: Alan Moore-Gene Ha (2005)


Contribuyendo a definir la historia de Neópolis, esta precuela se sitúa 50 años antes de la historia original. En la posguerra, todo superhéroe es obligado a vivir en la recién creada ciudad de Neópolis y tendrán que amoldarse al entorno más extraño que pudieran imaginar. Un “disculpe, perdone que le importune, pero, ¿no será usted un vampiro?” es lo más normal del mundo y marca el comienzo de una historia en la que también se tocan temas muy interesantes como la homosexualidad en los años 40 o la inteligencia artificial, y cuenta con estructuras en las viñetas bastante innovadoras.

34. Smax el Bárbaro (1-5): Alan Moore-Zander Cannon (2004)


A modo de spin-off de Top 10, Moore decide adentrarse en el género de la fantasía heroica; pero este género tiene muchos clichés, y Moore prefiere destruirlos. Así pues, Smax es una parodia de la fantasía heroica tal y como la conocemos, en la que se dan la mano extrañas variantes de canibalismo, el BDSM, la inflación del precio de la vivienda en los poblados de setas, escuelas de magia con poco respeto a la integridad física de sus alumnos o la alveofobia (prejuicios hacia los elfos). También lleno de cameos, como Top 10.

35. The Dark Knight Returns (1-4): Frank Miller (1986)


Es curioso que una de las historias más representativas de Batman esté fuera de la continuidad del personaje, transcurriendo en un futuro alternativo en el que un Bruce Wayne bastante envejecido vuelve a caer otra vez en el hábito de ponerse una máscara y luchar contra delincuentes, como un adicto que nunca se librará. Junto a Watchmen, DK estableció cierta moda de superhéroes más “oscuros”, así como una narración menos basada en bocadillos de pensamiento y más en las imágenes.

36. Batman: Año Uno (Batman 404-407): Frank Miller-David Mazzuchelli (1987-1988)


Con Miller ya familiarizado con el personaje y la continuidad de DC reconstruyéndose, se nos brinda una historia de bastante buena calidad, narrando el primer año de carrera de Batman. Miller no escatima en sus recursos habituales, y nos muestra una Gotham fría y sucia, llena de mafiosos y policías corruptos, con un Batman que tendrá que aprender a lidiar con delincuentes comunes antes de pasar a los supervillanos. Este nuevo origen marcó un antes y un después en la historia del personaje, introduciendo elementos y momentos sin los que ya es difícil entender a Batman: “Lo haré, padre. Seré un murciélago.”

37. Batman: The killing joke: Alan Moore-Brian Bolland (1988)


Es curioso que uno de los pocos contactos de Moore con Batman fuese tan influyente, pese a que él lo considera una de sus peores obras. Los paralelismos visuales, en un estilo semejante a Watchmen, van hilando una historia en el presente en la que el Joker intenta probar que cualquiera puede terminar como él (para desgracia de Barbara Gordon) y una en el pasado en la que se explicará su origen… o, al menos, uno de sus posibles orígenes.

38. Batman: Arkham Asylum: Grant Morrison-Dave McKean (1989)


Morrison a los guiones y McKean, con su dibujo tremendamente retorcido, encargándose del apartado gráfico. Esta combinación tratando el descenso a la locura como uno de los elementos centrales de Batman no podía fallar.

39. One Piece (1-actualidad): Eiichiro Oda (1997-actualidad)


Hace 20 años, el legendario pirata Gold Roger fue ejecutado públicamente. En sus últimas palabras, avisó de que su tesoro estaba escondido a la espera de que otro pirata se hiciera con él: así nació la leyenda del One Piece. En el presente, un chaval llamado Luffy se hace a la mar, con la intención de ser pirata y encontrar el One Piece; intención, claro, que es compartida por mucha otra gente, amigos y enemigos. Así empieza un shonen que reúne todas las características de su género, algo que no me encanta porque los shonen tienden a ser muy previsibles. Sin embargo, One Piece, previsible en el sentido de que los protagonistas siempre derrotan a sus enemigos, tiene una muy amplia galería de personajes secundarios cuyas historias ya sí son imprevisibles, y además están muy cuidados (Ace, Aokiji, Barbablanca, Vegapunk, Dragón, Smoker…). A eso hay que sumar una larga serie de referencias culturales y una planificación a largo plazo como pocas veces se ha visto, de tal forma que pequeños detalles de algunos números revelan cómo muchas cosas estaban pensadas con más de una década de antelación, dando mucha coherencia al universo de One Piece.

40. The Boys (1-72): Garth Ennis-Darick Robertson (2006-2012)


Todo el humor negro y la mala hostia de Ennis se descargan en esta ocasión sobre los superhéroes. Los superhéroes pueden mover montañas si se descuidan y viven en una sociedad que les alaba y está enamorada de ellos: la conclusión psicológica obvia es que terminan volviéndose unos capullos irresponsables. Ahí es donde entran the Boys, un grupo de matones a sueldo de la CIA que de vez en cuando le parte las piernas a algún superhéroe si se pasa de listo.

Y seguimos aquí: http://kallixti.blogspot.com.es/2018/02/top-100-comics-41-60.html

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